Ficha
Terminé hace unos días el libro y no he podido ponerme hasta ahora a escribir una opinión porque, además, de necesitar reposarlo un poco, la vida me ha atropellado. Ya había leído a Hendelie en Sangre, Musgo, Sombras (que lo tengo a medias porque soy lo peor) y me había gustado su estilo y Sangre Fría me confirmó que no va a ser lo último que lea de ella.
Sangre Fría narra la historia de Jess, un chaval que es atacado por un vampiro el día de su cumpleaños. Irónicamente, no es este quien lo convierte, sino otro que pasaba por allí y esto es un detalle importante. Después de haber pasado por el trauma de su transformación, tendrá que adaptarse a su nueva condición como inmortal y a las normas que rigen su nuevo mundo. Por desgracia, la vida no parece ponérselo fácil al ser el primer sospechoso en cuanto empiezan a aparecer humanos asesinados por vampiros.
Al menos, esa es la excusa que nos da Hendelie para narrar una historia que es una crítica a la sociedad capitalista, a cómo nuestra generación está viviendo su peor momento por culpa de las crisis que hemos ido coleccionando como si de pokémon se tratase y a cómo los que más tienen abusan de los más necesitados; además del viaje que supone el aceptarse a une misme. Y es curioso porque la historia está ubicada en 2008, cuando hubo una gran crisis económica. Qué suerte la de Jess, ¿eh? Que su historia ocurra justo en un año que bien podría ser el que estamos viviendo actualmente para que nos sea más fácil empatizar con él. Aunque, en realidad, no es tan difícil. La prosa de Hendelie es sencilla y fácil de leer, incluso adictiva; sus escuetas pero precisas descripciones nos ayudan a entender a los personajes, sus motivaciones y sus problemas, a que comprendamos por qué son cómo son. De hecho, me gusta mucho cómo están construidos porque ha conseguido que los personajes que no soportaba me pareciesen bien escritos. Para mí es importante porque creo que los hace más realistas y eso siempre enriquece una historia; y que un personaje no te guste, no quiere decir que esté al escrito.
Me gusta mucho cómo ha estructurado la sociedad sobrenatural, cada grupo con sus propias reglas y con la norma en común de pasar desapercibidos. De cómo la mayoría intentan vivir, no ya en armonía, sino sin matarse unos a otros. Porque, a pesar de que lo intentan, siempre hay diferencias entre ellos, tanto dentro de su propia especie como fuera. Aún así, a pesar de la innovación (para mí) en cuanto a cómo se integran en la sociedad humana, hay cosas que no cambian como las eternas luchas entre algunas especies, lo que también crea prejuicios en los personajes. Las relaciones entre ellos son también un punto importante en la novela; el hacer hincapié en intentar que no haya toxicidad entre ellos y el alejarse cuando algo es demasiado dañino para uno, es algo que me ha gustado.
Sangre Fría es una novela juvenil con un tono un poco más oscuro y alguna que otra escena subida de tono (nada explícito) que se lee en un suspiro. Una historia repleta de guiños a la cultura de los noventa, y principio de los dos miles que, si creciste en esos años, harán que sientas nostalgia. Así que si buscas algo ligerito para leer, y refrescante, éste es tu libro.
Porque el helado apetece todo el año. Y más si es de sangre, ¿verdad?
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