Habían pasado dos semanas de aquella cena en el centro comercial y, desde entonces, la convivencia entre Joe y Anne no había hecho sino mejorar. No es que antes fuese mala, pero había ciertas cosas que debían pulirse y que parecían haberse resuelto en aquellos días. Por otro lado, algunas de ellas provocaban en Joe sentimientos encontrados. Le gustaba volver de trabajar y que Anne hubiera decidido esperarla para poder cenar juntas, que le dejase el desayuno preparado los días en los que no tenía que madrugar o que se acurrucase a su lado mientras veían una película. Sin embargo, todo aquello no hacía más que disparar la sensación de que actuaban como una pareja. Si hasta había empezado a ir a buscarla al trabajo. Y aunque se decía que era para que no caminase sola a ciertas horas de la noche, en el fondo sabía que solo intentaba engañarse.
