lunes, 29 de enero de 2018

Tea Time – Black Chocolate Tea (aka After The Fall)

TeaTime

Sé que mi nombre es un poco complicado de pronunciar. Bueno, nombre, mi apodo en las redes. Sé que a muchos os cuesta pronunciarlo y termináis haciéndolo de cualquier forma y eso me hace sonreír porque me hace gracia la cantidad de formas que hay para pronunciar Ka’alshya.

Bueno, la forma correcta de pronunciarlo es Kaeelshia.

No tenéis que memorizarlo (faltaría más) pero, para evitar que os trabéis la lengua al decirlo, suelo usar la versión corta que se sacó de la manga una amiga: Kaals. Simple, corto y fácil de recordar (?).

En cualquier caso, el otro día un amigo me llamó por mi apodo y fue entonces cuando me di cuenta de que, actualmente, el noventa y cinco por ciento de la gente con la que más o menos me relaciono me conocen por ese apodo. Bien por Ka’alshya (o cualquiera de sus variantes) o bien por Kaals. Y sé que muchos saben mi nombre real, pero siguen usando el apodo. No es que me importe, para algo lo inventé yo (sí, Ka’alshya lo inventé yo); pero escucharlo con esa naturalidad me hizo sentir bien, como si me hubiera quitado un peso de encima.

Y es que yo antes usaba (aún sigo usando) otro apodo, el primero que creé para estar en internet; es un apodo importante para mí pero que también me trae ciertos recuerdos que no quiero ahora mismo, porque hay heridas que tardan en curar y tampoco quiero echarles sal porque entonces así no sanan, y hay que dejarles tiempo para que se cierren, cicatricen y la cicatriz se atenúe.

Que la gente con la que me relaciono ahora, gente que me trata bien, que me mima, que me quiere; gente a la que importo y que lo demuestran (no es importante pero siempre es agradable ver que le importas a alguien), gente que no me juzga, que me escucha y gente que quiere compartir su tiempo conmigo lo use, me hace sentir como si hubiera puesto puntos sobre la herida y un apósito para que no se rompan. Hace que me sienta una persona distinta sin dejar de ser yo.

No es que sea perfecto, yo no soy perfecta y lo sé. Tengo muchos más fallos que virtudes, tampoco pasa nada porque puedo trabajar los fallos para que no causen cataclismos en mi vida; sé que tengo heridas sin cerrar pero, por primera vez en mucho tiempo, siento que puedo hacer que dejen de sangrar y poder coserlas y taparlas para que curen de una vez.

No sé, creo que, a pesar de todo lo malo que aún hay en mi vida, todo puede ir un poquito mejor. Es sólo una sensación y quizá sea la calma que precede a la tempestad; no sería la primera vez, pero yo qué sé, creo que voy a disfrutar de esta calma un poquito porque a nadie le amarga un dulce.

[Originalmente publicado en WordPress el 29 enero 2018]

[Imagen de cabecera > by Freepik]

No hay comentarios:

Publicar un comentario